Rastros de Sombras
Ofrenda realizada por Exalumnos Puma y la Comunidad Universitaria, en colaboración con el Programa de Vinculación con Egresados de la UNAM. Rinde homenaje a las madres centroamericanas que recorren México buscando a sus hijas e hijos desaparecidos. En esta ofrenda, las madres remueven la tierra entre ropa, zapatos y objetos personales, portando camisetas con los rostros de sus seres queridos. La falta de datos biométricos y documentos dificulta la identificación de migrantes fallecidos o desaparecidos. Rastros de Sombras busca visibilizar la ausencia, la memoria y la resistencia. Materiales empleados: Cartón, tierra, ropa, luces LED y flores.
Caminantes del sol naciente
Nuestra ofrenda honra a los migrantes japoneses que llegaron a México a partir de 1897, en busca de nuevas oportunidades, trayendo consigo cultura, trabajo y esperanza. Como pieza central, nuestro migrante, símbolo universal de quienes se desprenden de sus raíces con el anhelo de que sus semillas florezcan en tierras nuevas. Es un tributo a quienes cruzaron océanos para construir puentes de jade y papel entre dos naciones, recordándonos que la migración es también un acto de fe, valentía, amor y renacimiento entre culturas. Ese es el espíritu que nutre desde hace casi cincuenta años a nuestro Liceo Mexicano Japonés.
Memorias a la deriva
Nuestra instalación se inspira en “Sueños en el mar” (2001-2011) del artista Ricardo Calero, un proyecto que consiste en lanzar copias de pasaportes al mar como metáfora del viaje, la pérdida de identidad y la fragilidad de las vidas en tránsito. Cada año, Calero arrojó 365 pasaportes, más de 3,600 en una década, de los cuales solo unos pocos regresaron, ritualizando la presencia y la ausencia de tantas vidas. Retomando esa imagen, nuestra obra enfatiza en la idea de que los barcos no son lo que quedan a la deriva sino los nombres, los sueños y las identidades. El mar se representa con prendas que fluyen como corrientes, y sobre él flotan barquitos de papel, frágiles y únicos, reflejo de vulnerabilidad y resiliencia de la vida humana. Cada uno encierra la tensión entre lo efímero y la esperanza que persiste, entre la memoria de lo que se deja atrás y la promesa de lo que está por venir. La ofrenda recoge cuatro testimonios basados en entrevistas reales con migrantes supervivientes; sus relatos, expuestos en la instalación, nos devuelven voces concretas y nos recuerdan la necesidad de nombrar a quienes sobrevivieron y a quienes no tuvieron esa oportunidad. “Memorias a la deriva” es un homenaje colectivo: una invitación a mirar la migración como huella histórica, a reconocer la valentía y la vulnerabilidad de los desplazamientos humanos y a custodiar la memoria de quienes dejaron sus identidades en el camino. Un acto de nombramiento y de consuelo; un gesto que convierte el recuerdo en compromiso. Materiales utilizados: Papel craft, engrudo casero, ropa donada, papel reciclado, velas falsas, flores, aserrin de colores, pintura.
Tu mirada en lontananza
Lontananza es la distancia, la perspectiva, el límite difuminado… La ofrenda de la Escuela Tomás Alva Edison, Preparatoria (2257) muestra cómo los procesos migratorios conducen a la muerte y a la pérdida de la identidad, tanto personal, comunitaria y nacional. Al dejar atrás los amores, las experiencias y la vida por conseguir algo mejor, sólo quedan los recuerdos que van desapareciendo a cada paso que se da lejos del hogar. En nuestra ofrenda, se observa cómo es que los procesos migratorios no sólo implican el desplazamiento físico, sino también un viaje interior lleno de nostalgia, rupturas y silencios. Los elementos que la componen reflejan las huellas que deja el desarraigo: tumbas, cempazúchil, mariposas monarcas, velas, un espejo, la catrina con migrantes llegando hacia ella, las puertas de la muerte, representando a quienes partieron y no lograron volver. La ofrenda busca honrar a todas esas vidas que quedaron suspendidas entre fronteras, a los que partieron con esperanza de encontrar un futuro mejor y perdieron en el trayecto su lengua, sus costumbres o su nombre. Cada pequeño objeto postrado en este homenaje es una memoria fragmentada que nos hace reflexionar sobre lo que se gana y lo que se pierde al alejarse del hogar, sobre las raíces que se desdibujan y las nuevas identidades que nacen entre la nostalgia y la esperanza. En el centro se encuentra una gran figura de La Catrina, símbolo tradicional del Día de Muertos. La Catrina lleva un vestido largo que se extiende por el suelo. A lo largo de su falda están colocadas pequeñas figuras de personas, hechas para representar a los migrantes que caminan en busca de un nuevo destino. Cada figura parece avanzar, pero también perder algo en el trayecto: su rostro, sus colores o parte de su ropa, mostrando poco a poco la pérdida de identidad que acompaña el camino. Alrededor de la Catrina hay lápidas que abordan el tema de la migración, recordando las historias y vidas de quienes se han quedado en el camino. También se colocaron objetos como ropa, zapatos y pertenencias personales, que reflejan lo que las personas migrantes dejan atrás y lo que cargan consigo durante su recorrido. En las manos, la Catrina sostiene un espejo roto. Los pedazos reflejan fragmentos de luz, pero nunca una imagen completa. Este espejo simboliza la identidad fragmentada de quienes dejan su hogar, su lengua y sus raíces para buscar una vida diferente. Las puertas de la muerte se abren como umbral simbólico entre dos mundos: el de los recuerdos y el del olvido. En ellas se depositan flores, fotografías y objetos que evocan las historias de quienes emprendieron el viaje sin retorno. Esta ofrenda es, en esencia, un acto de memoria colectiva. Una invitación a mirar con empatía los caminos de quienes cruzan fronteras buscando vida y a reconocer que, en el fondo, todos somos viajeros intentando regresar, de alguna forma, a nuestro hogar, nuestra patria, el Mictlán.
Caminante no hay camino
El Colegio Latinoamericano de México realizó esta estructura, gracias al trabajo colaborativo entre profesores y alumnos durante y después del horario de clases de arte. Para su realización se hizo uso de la técnica de cartonería, una técnica donde se ocupa engrudo y papel para formar diferentes figuras y dependiendo de la complejidad y las necesidades de la obra se pueden agregar alambre, diferentes tipos de papel o cartón. Sobre este se hizo uso de pintura acrílica y vinílica. Se le dio el nombre de (Caminante, no hay camino). Este trabajo toma inspiración de la canción de “Cantares” de Joan Manuel Serrat. La migración es un fenómeno que ha estado presente en la historia de la humanidad desde tiempos inmemoriales. Miles de personas y animales se desplazan de un lugar a otro en busca de mejores oportunidades. México es un país con una larga tradición migratoria. Durante décadas, millones de mexicanos han cruzado la frontera con Estados Unidos en busca de oportunidades laborales y una mejor calidad de vida. Sin embargo, en los últimos años, México se ha convertido involuntariamente también en un país de destino para migrantes de Centroamérica y otros lugares del mundo, debido a que se encuentra justo al lado del país principal al cuál, los migrantes buscan cómo el sueño dorado, Estados Unidos y en muchas ocasiones cuando no logran acceder a este país, se quedan en el nuestro, teniendo a veces regresarlos al suyo de nuestro propio bolsillo. En esta estructura está retratado esto, la imagen de un trono rodeado de picos con gente intentando llegar a él, es un símbolo poderoso de este viaje. El trono representa el sueño dorado, el objetivo que muchos migrantes persiguen con determinación y esperanza. Los picos que lo rodean representan los obstáculos que deben superar, los desafíos que pueden hacer que su viaje sea aún más difícil y peligroso. La gente haciendo diversas cosas, es la representación de lo que cada migrante vive, algunos llegarán al trono, mientras que otros se quedarán a medio camino. Muchos de ellos pierden la vida en el intento, dejando atrás a sus seres queridos y sus sueños rotos. Es importante que los gobiernos y las comunidades trabajen juntos para abordar los desafíos y oportunidades que plantea la migración, y para garantizar que los derechos y la dignidad de todos los migrantes sean respetados. En este sentido, es importante reconocer la importancia de la migración en la historia de la humanidad y su impacto en nuestras sociedades. Es hora de cerrar ciclos y trabajar hacia un futuro donde podamos construir un futuro más brillante para todos, donde la migración sea una opción y no una necesidad. Donde los migrantes puedan encontrar oportunidades y una vida mejor, sin tener que dejar atrás a sus seres queridos y su cultura. Un futuro donde la dignidad y los derechos humanos sean respetados, y donde la migración sea un tema de oportunidad y no de conflicto.
El ciclo de la muerte
La megaofrenda titulada “El ciclo de la muerte”, elaborada por los estudiantes del Liceo Emperadores Aztecas, es una obra que une el arte, la memoria y tradición mexicana, para reflexionar sobre la relación entre la vida y la muerte. Inspirada en compatriotas que perdieron la vida en su busqueda por un futuro. En su centro destaca una catrina imponente representación de un destino inevitable que aguarda a todos, acompañada por mariposas monarca que evocan la migración, la transformación y la esperanza. Los materiales utilizados, madera, cartón, papel, periódico, flor de cempasúchil, alambre, velas de pilas.
Con los brazos abiertos
Durante el siglo XX, México brindó refugio a miles de exiliados que huían de guerras y dictaduras, especialmente de Europa y América Latina. Destacan los republicanos españoles que llegaron tras la Guerra Civil, así como argentinos, chilenos y uruguayos perseguidos por regímenes militares. México no solo ofreció asilo, sino que se enriqueció con sus aportaciones en educación, ciencia, arte y cultura. Estos migrantes ayudaron a fortalecer instituciones, universidades y movimientos sociales. Su presencia dejó una huella profunda y positiva, mostrando cómo el asilo puede convertirse en una oportunidad de crecimiento tanto para quienes llegan como para el país que recibe.
El clan-destino
La historia de los migrantes se escribe en las hojas de los árboles que en otoño han de caer con los vientos del norte, son semilla de esperanza que vuela por el mundo sin que nada pueda contener su fuerza vital. Hoy el colegio O'Farrill quiere celebrar con estas hojas de maíz secas el valor de desprenderse, el dolor de cortar las raíces. Con ellas conmemorar las historias de los migrantes, de los hombres y mujeres de maíz que han vuelto a la tierra, a una tierra lejos de casa. Por ellos y ellas, para que sus huellas no se pierdan tras sus pasos y puedan volver en dia de todos santos.
Raíces que cruzan fronteras
Una catrina vestida completamente de negro que represente la fuerza, la memoria y la resiliencia de los migrantes latinoamericanos. Simbolizará la unión de culturas y la esperanza de llegar a México. Su elemento principal es la Catrina, con rostro solemne sereno, vestida con un atuendo negro que represente la memoria. A sus pies están enredados como raíces que se extienden hacia la tierra, mostrando que, aunque los migrantes se mueven, llevan consigo sus orígenes. En sus manos lleva una paloma que simboliza la paz entre los países y las comunidades, además de la sororidad y la tolerancia.
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La Migración más bella
El Instituto Mier y Pesado rinde homenaje a la migración anual más bella del país: la llegada de la mariposa monarca que emprende una asombrosa travesía de más de 4,000 kilómetros hacia el sur y que, además, tiene una profunda conexión con la muerte, pues su arribo es durante la primera semana de noviembre y coincide con la celebración de Día de muertos en México. Para las culturas Purépecha y Mazahua, las monarca son las almas de los difuntos, o bien, son las encargadas de guiar a los espíritus de los seres queridos que regresan al mundo de los vivos para visitar a sus familias, simbolizando la trascendencia, la resurrección y el ciclo continuo entre la vida y la muerte. Materiales empleados: cajas de cartón, papel crepé, pintura, pegamento blanco, lona reciclada, lona temática, periódico, esculturas de papel maché, velas de plástico, cráneos de unicel, mariposas de papel y huacales.
Raíces en movimiento
Nuestra ofrenda, Raíces en movimiento, celebra el viaje interior de quienes migran en busca de un nuevo amanecer. Una calavera gigante, construida con alambre, papel y engrudo, simboliza el alma que avanza sin olvidar sus raíces. A su alrededor, tumbas ilustradas por los talleres de dibujo narran historias de origen y transformación, mientras los tapetes de aserrín y las velas guían el retorno a la memoria. Calaveritas con instrumentos y vestimentas danzan, recordándonos que la identidad viaja, se mezcla y florece. Porque toda migración deja huellas, y toda huella sigue bailando.
Programa Espacial Universitario
México a lo largo de su historia ha abierto sus puertas, volviéndose receptor y país de refugio para quienes vagaban en el vacío de la incertidumbre, brindando la posibilidad de transformar su mundo y el nuestro. Como astronautas, los migrantes académicos que llegaron a México aterrizaron para explorar otros cielos de conocimiento. Al compartir sus saberes, enriquecieron y expandieron nuestra visión, formando parte de un diálogo global donde nuestras instituciones académicas han sido la nave que los acoge, los anclan en un nuevo suelo fértil convirtiéndose en el legado donde cada encuentro abre caminos hacia un futuro de posibilidades. Nuestra ofrenda consistirá en un mapa de la república simulando el espacio que el astronauta (figura que estará en forma de un maniqui) explora y toma como un nuevo mundo llevando las banderas de nacionalidades que han sido refugiadas.
Caminos que no vuelven
Esta ofrenda honra a quienes dejaron su hogar con la esperanza de un futuro mejor, pero nunca lograron regresar. Las maletas y los zapatos viejos evocan los pasos detenidos de quienes migraron y quedaron en el camino. Los mapas simbolizan las rutas trazadas por la necesidad, los destinos soñados y los que se perdieron. Las fotografías rescatan rostros e historias que se desvanecen con el tiempo. "Caminos que no vuelven" es un homenaje a la memoria, al desarraigo y a la fortaleza de quienes partieron buscando vida y hallaron el silencio. Materiales empleados: Maletas viejas, zapatos viejos, mapas y fotografías, cráneos y esqueletos,flores y papel picado de plástico y tren de madera.
¿Preguntaron por mí? Pasos en la memoria
Es una ofrenda dedicada a quienes partieron en busca de un lugar para vivir con dignidad y cuyos pasos siguen resonando en nuestra historia. Entre huellas, caminos y recuerdos, rendimos homenaje a las personas migrantes, exiliadas y desplazadas que dejaron atrás su tierra, pero no su memoria. Esta ofrenda invita a ponerse en sus zapatos, a reconocer sus trayectorias y a mantener viva su presencia en nuestras vidas y comunidades. Materiales utilizados: Cajas, mesa, papel de china, manteles, velas eléctricas, pan de muerto, imágenes, claveras, impresiones, casa de campaña, láminas de cartón, pintura vinílica, flor de cempasúchil, aerosol, arena de colores, bocina.
Andares y testigos
Destacamos los testigos que surgen del desplazamiento y que no responden a una lógica caótica. Por el contrario, se concentran en áreas particulares, como la deforestación (para el caso de los animales) y la pobreza o el miedo para las personas. El planteamiento central de la ofrenda, es un muro-frontera creado de zapatos: testigos de los pasos que andan. Cada par fue intervenido por estudiantes que interpretaron ese viaje desde su propia experiencia. Los acompañan animales que huyen de su hábitat, además de esqueletos y lápidas que terminan por ser, de manera contundente, el testimonio más duro de cualquier desplazamiento. Materiales empleados: Zapatos, papel, cartón, aluminio, aserrín y madera.
Peregrinación al Mictlán
-Por todas partes eran reprendidos. Nadie conocía su rostro. Por todas partes les decían: -¿Quiénes sois vosotros? ¿De dónde venís? Así en ninguna parte pudieron establecerse, solo eran arrojados, por todas partes eran perseguidos.-
El escenario comprenderá una representación de la Tira de la Peregrinación.
En dicho documento se relata la salida de Aztlan a Tenochtitlan por grupos Chichimecas detallando la ruta
recorrida por tierras Acolhuas y Tepanecas, finalizando el camino en Chapultepec. Si bien el escenario se
basará en algunas representaciones de dicho documento, donde grupos chichimecas migran de su lugar de origen
el destino final será el Mictlán, sitio rodeado de barrancos, pedernales, obsidianas y un río que desemboca
en una cueva llena de huesos humanos donde se encuentra Mictlantecuhtli en espera de los pueblos peregrinos.
Materiales Empleados: Cartón, papel variado (crepé, china, cartulina, bond), pegamento, periódico, listones, cerámica, flores, pintura, aserrín, madera, plumas, palos de madera, acrílicos, huacales de madera, petates, sahumadores, copal, maceta, árbol seco, tierra, obsidianas, pedernales, rocas.
Huehca in cali: Migraciones de vida y saber
Esta ofrenda, “Huehca In Cali: Migraciones de vida y saber” es un tributo a la migración y al constante movimiento de seres, ideas y conocimiento que renuevan vida y memoria. La Biblioteca Central de la UNAM simboliza este tránsito con flores y mariposas monarca, que representan la cultura viva, el saber en movimiento y la transformación perpetua.
Caminos de lucha y dignidad sindical
Esta ofrenda simboliza los caminos recorridos con el tren con líderes y trabajadores sindicales que han dejado huella del esfuerzo, lucha y resistencia por buscar mejorar condiciones laborales justas y de quienes han cruzado fronteras buscando una vida digna. Se representará la migración y el desplazamiento con el tren de la bestia, donde el STUNAM ha denunciado los efectos de la precarización laboral que obligan a muchos trabajadores a buscar mejores condiciones fuera de sus lugares de origen. Además, ha visibilizado cómo los cambios tecnológicos y el reordenamiento del trabajo pueden generar desplazamientos internos dentro de las instituciones, afectando la estabilidad de los empleados. Se contará con consignas históricas o frases escritas en papel kraft o tela, evocando marchas y protestas. Se tendrán zapatos desgastados y maletas viejas representando los caminos recorridos por migrantes y trabajadores, la huella del esfuerzo y la resistencia. Los sombreros de palma, herramientas de trabajo y credenciales sindicales representarán los oficios, la dignidad del trabajo y la organización colectiva. En suma, el STUNAM no solo representa a los trabajadores de la UNAM, sino que actúa como un referente nacional en la defensa de los derechos laborales, enfrentando los desafíos contemporáneos con organización, diálogo y resistencia.
Callejoneando sin fronteras: La música como unión de las naciones
Callejoneando sin fronteras se inspira en el poema “La muralla” de Nicolás Guillén, musicalizado por Quilapayún, que la Tuna Femenil de la UNAM interpreta como poesía viva cantada. Ofrenda de tres niveles en la que sobresale una muralla de discos, acompañada de figuras de periódico que representan a migrantes “callejoneando” con la tuna; una figura porta una capa con banderas de países refugiados por México. En la cima, un cuadro muestra un corazón sostenido por una mano esquelética y dos manos, negra y blanca, simbolizando unión. Principales materiales: DVDs, periódico, botellas de PET y tela.
El movimiento constante, los encuentros y la solidaridad
Este año, en la Dirección General de Atención a la Salud, participamos en la Megaofrenda inspirados en la migración y en lo que representa: el movimiento constante, los encuentros y la solidaridad. Nuestra ofrenda busca mostrar que, sin importar la nacionalidad, el género o la edad, quienes nos dedicamos a la salud siempre estaremos ahí para ayudar a todas las personas. Porque la salud no conoce fronteras, y el cuidado de la vida es un compromiso universal. Estamos presentes en los mejores y en los peores momentos, acompañando, curando y escuchando… porque la verdadera esencia de nuestra labor es tender la mano, sin importar de dónde venimos o hacia dónde vamos. Estamos orgullosos de nuestras raíces, de nuestra cultura y de formar parte de esta gran comunidad universitaria. ¡Disfrute el recorrido y celebremos juntos la vida!
Deporte sin fronteras
Este 2025 el festival Universitario de Día de Muertos tiene como común denominador el tema de las migraciones y la ofrenda del Deporte Universitario de la UNAM propone un homenaje visual a las historias de movilidad, migración y refugio que han dado forma al deporte en México y en la Universidad. El proyecto, de inspiración muralista mexicana, representa el tránsito de personas y culturas que, a lo largo del tiempo, han encontrado en el deporte un espacio de inclusión, diálogo y arraigo. La obra hace referencia a atletas y entrenadores extranjeros que llegaron a nuestro país en busca de nuevas oportunidades. El mural simboliza al deporte como un lenguaje universal capaz de derribar fronteras, promover la solidaridad y construir comunidad dentro de la UNAM. En conjunto, esta ofrenda celebra el papel del deporte universitario como refugio simbólico y motor de integración intercultural, reconociendo su poder para unir a las personas más allá del territorio, el idioma o el origen.
La otra cara de la migración: los que se quedan
La ofrenda busca visibilizar no solo a quienes parten, sino a quienes permanecen: familias, amistades y comunidades que enfrentan la ausencia, la espera, la nostalgia y la reorganización de sus vidas; invita a mirar la migración desde otra perspectiva: la de quienes se quedan; ellos y ellas enfrentan la ausencia como un proceso de duelo, resistencia y reconstrucción. Desde el Trabajo Social, se pretende resaltar la importancia de acompañar a estas personas en sus procesos de resiliencia, duelo y reconstrucción de vínculos, reconociendo que la migración impacta a toda la red comunitaria; se reconoce la necesidad de acompañar estos procesos fortaleciendo redes de apoyo, generando espacios de escucha y visibilizando que la migración es un fenómeno colectivo que transforma tanto a quienes parten como a quienes permanecen.
Del exilio al vuelo
Esta ofrenda rinde homenaje a quienes han debido abandonar su hogar a causa de la violencia y el conflicto, en México, Palestina, Ucrania y en tantos lugares del mundo donde la guerra, el crimen organizado o la persecución obligan a huir. La instalación se divide en dos mitades, unidas por un portal que simboliza el umbral entre la vida y la muerte, entre el dolor del desplazamiento y la esperanza de hallar paz en otro destino. Antes del portal se extiende un paisaje desolado: piedras, arena, muros de alambre y las huellas de pasos interrumpidos. Son las marcas del exilio, el rastro de quienes se vieron forzados a dejar atrás su tierra, sus recuerdos y su vida cotidiana. Al cruzar el portal, el espacio se ilumina con colores, flores y mariposas en vuelo. Aquí, los desplazados se transforman, evocando la metamorfosis de las mariposas. En ese ciclo late la resistencia, la transformación y la esperanza. Como las comunidades migrantes, las mariposas cruzan territorios inmensos y fronteras invisibles, sobreviviendo para perpetuar la vida. El vuelo de las mariposas es metáfora del espíritu humano que, pese al desarraigo, no se extingue. La memoria de quienes partieron, de quienes buscan refugio y de quienes no pudieron regresar se eleva en cada ala, en cada flor y en cada luz encendida. “Del exilio al vuelo” es, en esencia, un tributo a la dignidad de los pueblos que migran y a la fuerza de la memoria, que como las mariposas, trasciende los límites del tiempo y del espacio.
A través del muro
Dos calaveras separadas por un muro que simula una frontera. Representan a los seres queridos separados por la migración: los que se quedaron y los que partieron, o aquellos que fallecieron en el intento y los que los esperan. La ofrenda se convierte en un espacio de diálogo imposible pero necesario, un puente simbólico entre dos realidades fracturadas. El muro central no es solo una separación; es un elemento narrativo. En el centro del mismo, se puede hacer una abertura o "ventana". A través de ella, las dos calaveras pueden "verse". Sus corazones están unidos por hilos rojos (símbolo de los lazos inquebrantables) que los conectan entre ellos, de ellos a las fotos, a las huellas, y unos más quedan suspendidos (simulando futuras conexiones o pérdida de las mismas). Sobre los hilos, palomas de papel con mensajes “Te amo” “te extraño”, “espero verte pronto”.
Migración Luminosa
Bienvenidos a la ofrenda Migración Luminosa, esta ofrenda está dedicada a la Dra. Julieta Fierro, en reconocimiento a su trayectoria en la divulgación científica. Aquí celebramos las migraciones que han marcado nuestra historia, de la humanidad, de las especies y del conocimiento. La mariposa monarca y el cempasúchil simbolizan estos desplazamientos conectando los ciclos de la vida y guiando nuestros recuerdos y aprendizajes que se combinan para narrar un homenaje a la ciencia, a la naturaleza y a la memoria de quienes se desplazan y transforman nuestro mundo.
Maestros del Exilio Republicano Español
La Ofrenda del Día de Muertos es un puente entre el pasado y presente, un lugar donde las almas regresan guiadas por la luz del cempasúchil. En este altar honramos la migración, el exilio, el refugio y el desplazamiento; fenómenos en los cuales viajan las almas y cuerpos en busca de esperanza. En el lado superior se encuentra Themis, diosa griega de la justicia; vendada de los ojos como insignia de su imparcialidad ante los justiciables, sostiene una balanza y un mallete, la primera representa la objetividad en la decisión y elsegundo la autoridad y el orden. A la derecha se encuentra "La Bestia", representando a los trenes de carga que se utilizan por personas desplazadas para cruzar de la frontera sur a la frontera norte de nuestro país,ruta colmada de riesgos y sacrificios de quienes buscan una vida mejor. Del lado izquierdo, se observan los esqueletos de las Doctoras Victoria Kent y Aurora Arnáiz Amigo, así como de los Doctores Luis Pedro Alejandro Recaséns Siches y Niceto Alcalá-Zamora y Castillo, todas y todos ellos intelectuales del exilio republicano español que legaron una valiosa producción del conocimiento al pueblo de México. Por último, la parte inferior refiere la fundación de Tenochtitlán por los mexicas, quienes en su proceso de migración desde Aztlán fueron guiados por su dios Huitzilopochtli, mismo que ordenó fundar la ciudad en donde se encontrara un águila parada sobre un nopal devorando una serpiente.
Una vida mejor y México: La Bestia, el tren de los migrantes
Nuestra ofrenda está dedicada a dos creaciones cinematográficas, la película Una vida mejor y al documental México; La Bestia, el tren de los migrantes. La película Una vida mejor del actor mexicano Demián Bichir retrata la vida de Carlos Galindo un jardinero que siendo un hombre honesto y de trabajo migra a la ciudad de Los Ángeles en busca de mejores oportunidades para él y su hijo. Un día le roban a Carlos su camioneta junto con todas sus herramientas de trabajo, situación que lo lleva a vivir el calvario de recuperar su auto sin la ayuda de la policía. A través del documental México: La Bestia, el tren de los migrantes podemos asomarnos a lo que pasan los migrantes que deben atravesar nuestro país en su intento por ingresar a los Estados Unidos. La decoración está dedicada a los migrantes y a las personas que a través de las cámaras nos muestran un lado de la vida que olvidamos o desconocemos. Rindiendo homenaje a quienes con su trabajo nos llevan a empatizar con los migrantes mexicanos y extranjeros que debido a la problemática de violencia, economías deficientes o la guerra se ven obligados a dejar su lugar natal, abandonando lo más preciado que tienen, sus seres queridos, sus costumbres…en una palabra sus raíces. Nuestra ofrenda además de los adornos típicos como el papel picado, las veladoras simuladas a través de luces led, pan de muerto hecho con materiales de reciclado, agua, sal y aserrín de colores cuenta con un tren que simula al llamado La Bestia con pequeños esqueletos encima representando a las personas que arriesgan todo en busca de Una vida mejor!
Alas que cruzan fronteras: repositorios universitarios
La Dirección General de Repositorios Universitarios presenta la ofrenda Alas que cruzan fronteras: repositorios universitarios, un homenaje a las huellas de la migración, el exilio y el refugio desde la mirada de la memoria y el conocimiento compartido. Las estructuras negras evocan la noche y el tránsito; las mariposas y colibríes, el viaje y la trascendencia. En sus niveles se exhiben portadas sobre desplazamientos humanos, resguardadas en los repositorios, guardianes de la memoria colectiva.
México y los ingenieros del exilio republicano español
En 1939, al concluir la Guerra Civil Española, miles de personas emprendieron un viaje forzado hacia el exilio.
México, bajo el gobierno del presidente Lázaro Cárdenas, abrió generosamente sus puertas a quienes buscaban libertad,
dignidad y la posibilidad de reconstruir su vida. Entre ellos llegaron más de un centenar de ingenieros que, con su
conocimiento, su compromiso y su vocación, encontraron en esta tierra no solo refugio, sino una nueva patria.
A bordo de barcos como el Sinaia, el Mexique y el Ipanema, arribaron a Veracruz hombres y mujeres que transformaron su
desarraigo en una oportunidad de contribuir al progreso de México. Muchos de ellos se integraron a instituciones educativas
y científicas, como la UNAM, el IPN y Chapingo, donde formaron a generaciones de ingenieros, transmitiendo no solo saber
técnico, sino también valores de ética, solidaridad y servicio.
Esta ofrenda es un homenaje a esa herencia luminosa: al talento, la resiliencia y el compromiso de quienes llegaron con el
exilio republicano español, así como de sus descendientes que se formaron como ingenieros en la entonces Escuela Nacional
de Ingenieros, hoy Facultad de Ingeniería, quienes mantuvieron viva su memoria e ideales.
El ingeniero Gonzalo López de Haro, descendiente de exiliados, egresado y académico, autor de México y los ingenieros de la
emigración republicana española (UNAM, 2007), documentó con sensibilidad y rigor el legado de aquellos hombres y mujeres que,
desde el exilio, contribuyeron al engrandecimiento de nuestro país. Su publicación ha sido la base documental para honrar la
memoria de los exiliados españoles, tanto de quienes llegaron a nuestro país ya como ingenieros, como de aquellos que se
formaron y egresaron de la Facultad de Ingeniería.
En esta ofrenda confluyen las flores de cempasúchil, las mariposas monarca y las golondrinas, símbolos de viaje, memoria y esperanza,
junto con imágenes de los ingenieros exiliados que hicieron de la docencia y del ejercicio profesional un acto de amor por México.
Su huella perdura en la formación de numerosas generaciones de ingenieras e ingenieros, en el desarrollo de infraestructura y el
pensamiento ingenieril de nuestro país:
Daniel Ruiz Fernández, quien participó en proyectos emblemáticos como el mercado de La Merced, recintos olímpicos y la construcción de
Ciudad Universitaria. Óscar de Buen López de Heredia, que contribuyó en importantes obras como el Estadio Azteca, el Palacio de los
Deportes y el Museo Nacional de Antropología. Jacinto Viqueira Landa, impulsor de la modernización y diversificación de las fuentes de
energía eléctrica en México. Los ingenieros De Buen y Viqueira fueron Profesores Eméritos de la Facultad. Asimismo, Odón de Buen Lozano,
otra figura fundamental en el desarrollo de la industria eléctrica y en el desarrollo de grandes proyectos hidroeléctricos, como la presa Chicoasén.
En temas hidráulicos y medioambientales, se distingue Francisco Bahamonde Torres por su capacidad técnica, visión estratégica y compromiso con el servicio público.
Destacan también, en la academia, en el ejercicio profesional y en la cultura, otros ilustres ingenieros: José María Cid Rollán, José Raull Martín,
Francisco Robles Fernández, Miguel Madinaveitia Jurgenson, Alberto Escofet, Roberto Espriú Sen, Eduardo Lozano Vistuer, y otros tantos que han dejado
una huella indeleble en la ingeniería mexicana.
Su legado sigue presente en cada aula, en cada estructura, en cada generación de ingenieros e ingenieras que asumen la responsabilidad de construir un
futuro más justo, solidario y humano.
Recordarles es también rendir tributo a la fraternidad entre México y España, a la generosidad de un pueblo que acogió el talento desterrado y a la
fuerza transformadora de la ingeniería como herramienta para reconstruir mundos.
Caminos de memoria y esperanza
Esta ofrenda rinde homenaje a todas las personas que, a lo largo de la historia y en la actualidad, han tenido que migrar, exiliarse o desplazarse en busca de un nuevo hogar. A través de sus elementos, se evocan los caminos recorridos, las memorias que llevan consigo y los sueños que los impulsan a continuar. El altar reconoce las múltiples historias que conforman la experiencia migratoria y dedica un lugar especial a las infancias, cuyas miradas, juegos y recuerdos viajan con ellas, llenando de esperanza los trayectos y recordándonos que cada niña y niño migrante encarna la posibilidad de un futuro más justo y humano. Así, esta ofrenda se convierte en un espacio simbólico donde convergen la memoria, el arraigo y la esperanza; un tributo a quienes han dejado su lugar de origen, pero nunca su deseo de pertenecer y reconstruir la vida en otros horizontes.
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Lenguas en tránsito: la voz que migra, resiste y sobrevive
“Lenguas en tránsito: la voz que migra, resiste y sobrevive” es un altar de Día de Muertos dedicado a las lenguas que cruzan fronteras, que resisten el olvido y que sobreviven gracias a quienes las hablan, las enseñan y las reinventan. Este altar honra no solo a quienes han partido, sino también a las palabras que los acompañaron en vida —las lenguas maternas, indígenas, migrantes— que a menudo también enfrentan la muerte. Las calaveritas bilingües que lo acompañan celebran el juego, la memoria y la identidad que persisten entre dos mundos, dos idiomas, dos culturas. Este altar es un homenaje a la voz que viaja y se transforma, pero nunca se calla.
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La migración en el Universo
Desde los inicios de la vida en la tierra los organismos se desplazan, de sus lugares de origen incluyendo a los seres humanos, Si damos una mirada al Universo encontramos migraciones continuas; Nada en el cosmos permanece inmóvil. Todos los cuerpos celestes se mueven en el espacio y en el tiempo en una constante migración a gran escala. La Luna, por ejemplo, orbita la Tierra en una elipse y se aleja, lenta pero continuamente, en su propia migración. Nuestro hogar, la Tierra, gira alrededor del Sol, y este, junto con todo el sistema planetario, migra alrededor del centro de la Vía Láctea. Pero las migraciones no terminan ahí: las galaxias mismas se desplazan dentro de cúmulos galácticos, atraídas por la gravedad de estructuras aún mayores. Algunas incluso colisionan y se fusionan, como ocurrirá en el futuro entre la Vía Láctea y Andrómeda. Existen también objetos que migran de manera errante: los cometas, que viajan desde regiones lejanas del Sistema Solar hacia las cercanías del Sol y regresan en trayectorias que pueden tardar cientos o miles de años; u objetos que proceden de otros lugares, más allá de los confines de nuestro sistema. También están los planetas errantes, mundos sin estrella madre que vagan solos por el espacio interestelar, y las estrellas fugitivas, expulsadas a gran velocidad de sus galaxias tras interacciones violentas, migrando hacia regiones desconocidas. Esta gran danza cósmica nos recuerda que el Universo es dinámico. Todo se mueve, de forma ordenada o caótica, azarosa o predecible, pero siempre está en movimiento. La migración cósmica es, en última instancia, la historia del cambio y del viaje eterno de todo lo que existe a través del espacio y del tiempo.
La dualidad de la migración
La ofrenda del Instituto de Ciencias Aplicadas y Tecnología celebra el encuentro entre la ciencia, la tradición y la memoria, estableciendo un diálogo entre el conocimiento y nuestras raíces culturales. En el costado derecho honra a los científicos migrantes, simbolizados por las mariposas monarca. Al centro, un papel picado con el logotipo del instituto evoca el viento y el puente entre tradición y tecnología. A la izquierda, calaveras con banderas de los países que reflejan la diversidad de nuestra comunidad. En la base, zapatos que recuerdan a quienes no concluyeron su travesía, simbolizando la fragilidad y la esperanza de migrar. Materiales empleados: Lámina de PVC espumado con soporte de espuma de polipropileno cortado por chorro de agua en el ICAT, estructura tubular de aluminio, flores de plástico y tela, figuras plásticas y ataúdes de MDF, mariposas de papel y plastificadas y flores de cempasúchil.
Almas que cruzan fronteras
"Cruzaron el desierto buscando vida, aquí les damos memoria" Una ofrenda dedicada a la migración forzada contemporánea, a todas las personas que mueren día a día en el intento de cruzar fronteras buscando una mejor vida. En especial de Latinoamérica a los EUA. La ofrenda representará el difícil camino que recorren los migrantes para llegar a sus destinos atravesando mar, selva y desierto, a pesar de que no todos lo logran, sus almas se reencuentran al final con aquellos que sí. La ofrenda principalmente estará hecha de trabajo de cartonería, ocupando periódico, papel reciclado, y pintura para los acabados.
Caminos de Memoria y Tejido Solidario. Juchari Uinapekua. ¡Por todas las infancias!
Esta ofrenda está dedicada con especial afecto a los niños, la esperanza y el futuro de los pueblos. Los juguetes sencillos y las semillas que adornan el altar son portadores de la memoria y la raíz cultural. Une la memoria ancestral con la realidad contemporánea. El vagón es la lucha; las mariposas, la esperanza; y los niños, la razón de nuestra persistencia. Es un acto de profunda humanidad que celebra la vida, honra a los que han partido y reafirma nuestro compromiso con la unidad, la lucha y la identidad cultural. El "Juchari Uinapekua" es un faro de luz en el camino, que nos recuerda que nuestra fuerza reside en la solidaridad y en la certeza de que ningún viaje es en vano. Materiales empleados: Hojas naranja, plumones, tubos de cartón,unicel, aserrín, cajas de cartón, huacales, tela, pintura acrílica, papel china, flores cempasúchil, estambre, tubulares reciclados, madera reciclada, hilo, coroplast, semillas etc.
Almas en tránsito, memorias de los pueblos indígenas y afromexicanos en movimiento
La ofrenda se basará en relatos reales recopilados mediante reuniones organizadas con becarias y becarios, quienes nos han compartido experiencias migratorias propias o de sus comunidades de origen. Estos testimonios dan cuenta de procesos de: ∙ Migración internacional hacia Estados Unidos, muchas veces mediante cruces ilegales y en condiciones precarias. ∙ Migración interna hacia ciudades como CDMX, Monterrey y Tijuana. ∙ Estrategias comunitarias para la movilidad y el sostenimiento económico, como el comercio ambulante o la producción local.
Caminos de Inclusión, Memoria y Esperanza
Honramos a todo el personal que participó en la construcción de lo que es hoy el Instituto de Ingeniería.
Celebramos las vidas de quienes cruzaron fronteras físicas e intelectuales y dejaron huellas profundas en la ingeniería y en la comunidad.
Contempla:
Inclusión: Reconocimiento de la existencia de pensamientos divergentes.
Memoria: Homenaje a quienes contribuyeron a crear un legado que portamos con orgullo.
Esperanza: Proyección hacia un porvenir equitativo y solidario.
Además de honrar a quienes han partido, invita a reflexionar sobre los caminos que aún debemos recorrer para construir una ingeniería más humana, diversa y comprometida con la vida.
Almas que migran, manos que cuidan
Almas que migran, manos que cuidan; representa el encuentro entre quienes parten y quienes curan.
Las almas que migran son aquellos que dejan su hogar buscando esperanza, soportando distancia,
enfermedad y desarraigo. Las manos que cuidan son las de los enfermeros que, muchas veces, también
migran para seguir sirviendo, llevando consuelo aún lejos de su tierra. Ambos comparten nostalgia y
valentía. En este altar los honramos, porque su viaje no fue solo físico, sino del alma. Migrar une
y cuidar sana. Que sus pasos, heridas y entrega permanezcan en esta ofrenda, como un puente de
humanidad que nunca se olvida.
Materiales: Cartón, aserrín, velas de pilas, flor de cempasúchil, plastilina, papel crepe, tela, papel picado, alambre, ropa y zapatos de uso, pinturas y estambre.
La Tierra y sus migraciones por eventos naturales: el Xitle y los cuicuilcas
Al sur de la Ciudad de México, en las faldas del Ajusco, se ubica el volcán Xitle el cual hizo erupción hace más de mil años. La erupción inició de manera “estromboliana” cuando el magma basáltico rico en gases llegó desde profundidades mayores a 50 km a la superficie. Dicho suceso natural alcanzó una extensa zona y tuvo una gruesa capa de lava que cubrió la ciudad de Cuicuilco, dando lugar a lo que hoy conocemos como el Pedregal de San Ángel. Actualmente las alcaldías de Coyoacán, Alvaro Obregón y Tlalpan habitan parte de lo que fue el territorio cuicuilca, reflejando las migraciones y cambios constantes de nuestro planeta Tierra.
Entre rieles y fronteras. Historias migrantes
Quince calaquitas migrantes, cada una con su historia documentada, viajan sobre un vagón de cartonería que
simboliza “La Bestia”. El tren descansa en rieles que evocan los más de 2,500 kilómetros recorridos desde el
sur en busca del sueño americano. Rebozos, muñecos de trapo, fotos y frascos de agua bendita acompañan sus
huesos viajeros, transformados en símbolos de memoria y resistencia. Entre flores de cempasúchil y velas para
alumbrar a los caídos del llamado el tren de la muerte, nuestra ofrenda honra el dolor de las ausencias, la
justicia y la fuerza de la solidaridad.
Es un memorial vivo: historias que siguen latiendo entre rieles y fronteras.
Materiales empleados: Madera, cartón, alambre, cartonería tradicional (alebrije) pinturas, luces led, papel crepé.
Almas en tránsito: La niñez que cruzó fronteras
Almas en tránsito: La niñez que cruzó fronteras, más que una ofrenda es una propuesta de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán, que busca generar conciencia sobre las infancias afectadas por el tema migratorio a nivel global. Representa un simbólico homenaje para las niñas y niños que, por diversas circunstancias, se ven obligados a abandonar sus lugares de origen en busca de un futuro promisorio, que en muchas de las ocasiones, no se logra cumplir. Las causas de su destierro son múltiples: pobreza extrema, conflictos armados, violencia intrafamiliar, desastres naturales, racismo, segregación política y religiosa, entre otras. A través de la presente instalación, no sólo se honra a quienes perdieron la vida en el intento por lograr una vida mejor, sino también a quienes siguen luchando, resistiendo y soñando con un lugar donde puedan crecer con dignidad y sin miedo. De acuerdo con cifras del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, UNICEF, más de 43 millones de menores viven fuera de sus países de origen por los motivos antes citados. De ellos 13 millones son refugiados y más de 23 millones se han visto forzados a desplazarse dentro de sus propios países. En América Latina, el fenómeno migratorio infantil ha tenido un incremento significativo, especialmente en la última década. Tan sólo en 2024 más de 150 mil niños de origen centroamericano y caribeño cruzaron territorio mexicano, con el objetivo de llegar a los Estados Unidos. De esta cifra el 30 por ciento viajaba sin la compañía de un adulto. Cabe mencionar que muchos de estos menores viajaron con la esperanza de reencontrarse con sus parientes al otro lado del Río Bravo, aunque otros, simplemente con la promesa de sobrevivir más allá de sus lugares de origen. A lo largo de su sinuoso andar, las niñas y niños migrantes enfrentan numerosos peligros, entre los más comunes están la explotación laboral, la trata, los accidentes, los abusos por parte de personal de migración y fuerzas del orden, la discriminación; así como el reclutamiento forzado a manos del crimen organizado. Se trata de menores que, debido a circunstancias adversas, han tenido que madurar de manera abrupta, tomando riesgos que ponen en peligro sus vidas. Infancias que viajan acompañadas de sueños, fantasías, de juegos y risas que por ningún motivo deberían apagarse. La presente instalación consta de una pirámide que hace alusión directa a los tres niveles de la ofrenda, en la parte superior está ubicada una calavera que mira hacia el horizonte de espaldas hacia el espectador, caracterizada con atuendo de un menor. En los dos niveles restantes se ubican elementos tradicionales: flores, veladoras, frutas y panes de muerto. De manera aleatoria están colocados zapatos de niños, retomando la idea del memorial “Zapatos en la orilla del Danubio”, ubicado en Budapest, Hungría y dedicado a las víctimas del Holocausto en aquella ciudad europea. La ofrenda está adornada con juguetes tradicionales y rematada con el cuento en castellano más breve del mundo del escritor mexicano, Luis Felipe Lomelí, que lleva por título, “El emigrante” y dice: ¿Olvida usted algo? -¡Ojalá! La instalación está delimitada con una serie de bastidores elaborados en macramé, ubicados en los extremos. Diseños entrelazados a través de nudos que simbolizan, el inicio o el fin de una vida que puede significar el comienzo de algo a partir de la muerte. Mientras los caracoles tejidos representan ese ciclo infinito que se repite una y otra vez. Los bastidores colocados en los extremos y cabecera de la ofrenda, no sólo cumplen la función de delimitar el espacio asignado a la misma, sino representan aquellos muros tangibles de los confines geográficos. Con esta propuesta sellamos nuestro compromiso con aquellos menores que se quedaron en el camino anhelando un mejor futuro, deseando que se convierta en un llamado a la reflexión, a la solidaridad y la empatía. La presente ofrenda nos convoca a no olvidar a los que partieron, pero también a honrar a los que siguen caminando. La migración infantil no debe de ser un dato estadístico más, son historias que merecen ser escuchadas.
Presencias que transforman
Aquí se cuenta la historia de un ser que migra, dejando atrás su origen para buscar un nuevo destino. En su trayecto, encuentra figuras intangibles que lo acompañan: la empatía que escucha, el saber que cura, la palabra que ilumina y la ciencia que observa; espíritus que representan a las carreras de la FES Iztacala. Cada encuentro lo transforma y también transforma a quienes le ayudan. La estructura piramidal de la ofrenda simboliza el ascenso del espíritu, mientras los elementos tradicionales —agua, pan, flores, copal y fuego— recuerdan que migrar es renacer, y que toda ayuda deja huella en quien la ofrece.
El Buque Sinaia
El buque Sinaia zarpó de Sète, Francia, y llegó a Veracruz el 13 de junio de 1939 con alrededor de 1600 refugiados españoles que huían de la Guerra Civil. A su llegada a México, el presidente Lázaro Cárdenas les recibió con solidaridad. Entre las personas que llegaban se encontraban los entonces niños Pedro Garfias, Tomás Segovia y Ramón Xirau, así como José Gaos, Eduardo Nicol, Adolfo Sánchez Vázquez y Manuel Andújar, además de los intelectuales y artistas como Lorenzo Varela y Francisco Souza quienes en conjunto enriquecieron el panorama de la cultura mexicana. Elegimos este hecho porque simboliza fraternidad y empatía hacia quienes buscan refugio. Con esta ofrenda honramos su legado, empleando cartón, coroplas, MDF y pintura vinílica, materiales que evocan resistencia, memoria y esperanza en una nueva vida.
Migraciones
La migración de alumnos universitarios es un fenómeno social y educativo que refleja las desigualdades regionales, la falta de oportunidades de desarrollo personal y profesional en sus lugares de origen. Muchos jóvenes se ven obligados a desplazarse de sus lugares de natales hacia ciudades con mayor oferta académica, infraestructura educativa y posibilidades de inserción laboral, lo que convierte la migración estudiantil en un proceso ligado al derecho a la educación y a la movilidad social. La Facultad de Estudios Superiores Zaragoza es una entidad educativa que recibe a estudiantes de municipios y poblados de la zona oriente, algunos dejan sus lugares de origen para habitar en la zona alrededor de los Campus de la Facultad y formarse como profesionales y que al término de sus estudios formativos ejercen su profesión en sus lugares de origen o en el extranjero. Como parte de la obra artística que resguarda la FES Zaragoza esta la escultura-fuente “Migraciones” que representa el paso de las generaciones por distintos lugares y espacios de esta entidad universitaria. Su título evoca desplazamiento, cambio, transición; este contexto, la obra podría estar sugiriendo movimientos, ya sea de personas, ideas, proyectos e investigaciones, dentro de un tiempo y espacio, que nos lleva a la reflexión sobre el tránsito del conocimiento: los estudiantes migran del anonimato al conocimiento, cambian de estado, se transforman y la escultura los observa en ese tránsito.
El Mictlán no pide visa
En esta ofrenda que representa al Colegio de Ciencias y Humanidades, se expone el viaje de las personas que dejan su hogar en busca de nuevas oportunidades, recordando que la migración también parte esencial de la historia y la identidad mexicana. La propuesta combina elementos de la ofrenda de Día de Muertos, símbolo de la memoria y raíces, con estructura que evocan movimiento y transición, reflejando como los migrantes llevan consigo su cultura, tradiciones, y recuerdos sin importar la distancia. Como elemento principal pueden notar un muro, simulando la frontera que se tiene que pasar, junto a él pueden admirar el tren “La Bestia”, reforzando la idea de la gente que quiere perseguir el sueño americano. También pueden observar las flores de cempasúchil y papel picado que son un vinculo de las ofrendas tradicionales, las calaveras representan a las personas que se enfrentan a muchas adversidades o incluso mueren en el camino hacia mejores oportunidades. Del lado más obscuro se encuentran flores de cempasúchil con un efecto de putrefacción, representando lo peligroso y feo del viaje hacia la frontera de donde se quiere salir. Y en el lado que representa el lugar al que se quiere llegar tiene colores más vividos, dejando claro lo que el migrante cree que es mejor en cuestión de oportunidades.
Tiempo complementario en la patria de todas y todos: Pumas sin fronteras
Dicen que en el Día de Muertos se abre un umbral entre dos mundos: el de las y los vivos y el de las y los que partieron. Pero hay otro tiempo, uno que no está en el reloj ni en el calendario. Es el tiempo complementario, ese espacio donde las almas migrantes hacen su última jugada, donde las y los que llegaron de lejos encuentran un lugar que también es suyo. En esta historia, el campo no es de pasto ni de tierra, sino de neblina dorada. Es el muelle del más allá, donde atraca un barco que no pertenece a ningún país, sino a todos. Desde el horizonte, entre las olas del Xoloitzcuintle que guía el camino, se aproxima un barco fantasmal hecho de madera azul y oro. No es un navío común: su mástil es una asta con la bandera del Club Pumas de la Universidad Nacional, ondeando junto a otras banderas de muchos colores. A bordo viajan los Pumas sin Fronteras, que nacieron lejos, que emigraron al fútbol mexicano, que se exiliaron de su tierra natal o buscaron refugio en el balón, y que terminaron encontrando un hogar en el equipo universitario, en la cancha del Estadio Olímpico y en el corazón de su afición. En ese barco también viajan ellas: las que jugaron sin tribuna, las que lucharon cuando no había cancha ni uniforme. Mujeres que sembraron futuro con cada paso, con cada grito, con cada sueño. Gracias a ellas, hoy nuestras Pumas tienen un presente que antes parecía imposible. Navegan entre flores y memoria, porque sin su lucha, el juego no estaría completo Una a uno se dejan ver en la bruma: hay jugadoras y jugadores de todo tipo, con la mirada encendida, con el corazón tatuado de azul y oro, aquellas y aquellos que no olvidan el cántico universitario. Visten uniformes bordados con flores de cempasúchil y portan los colores de sus naciones en las mangas. Ya no hay fronteras en sus camisetas; sólo recuerdos y gratitud. Cada paso sobre la cubierta es un eco de sus goles, de sus barridas, de sus pases con alma. En este último desplazamiento, no hay nostalgia amarga: hay alegría, como en una porra que no termina, como en un partido que se juega para siempre. El barco navega entre altares flotantes, se oyen tambores, silbatos y guitarras; se escucha una GOYA lejana de un estadio que aún los recuerda. Porque las y los Pumas no mueren: migran a la eternidad. Este es su último refugio: el Mictlán sin fronteras, la patria común de las y los que amaron el juego, la camiseta, la entrega. Aquí no hay visa ni pasaporte. Aquí todas y todos son locales. Aquí, los goles siguen valiendo y la historia sigue escribiéndose. Y así, en este Día de Muertos, honramos no sólo a las y los que se fueron, sino a las y los que llegaron de otros mundos para enriquecer el nuestro. A aquellos que cruzaron fronteras, aprendieron idiomas y cambiaron su destino para vestir la camiseta de Pumas y hacerse eternos. En este tiempo complementario, el espíritu del fútbol sigue vivo. En este tiempo complementario, la patria de todas y todos es una sola. Y en ella, las y los Pumas sin Fronteras siguen jugando.
Tradiciones que refugian
Esta ofrenda honra la vida de seres queridos por personas que han encontrado refugio en México. Provenientes de países como Venezuela, Honduras, Nicaragua, El Salvador, Haití y Guatemala, la tradición mexicana del día de muertos es una oportunidad de llevar a sus ancestros consigo y dedicar estos días a su recuerdo. La propuesta está centrada en Bolay, una jaguar que habita en la selva chiapaneca y ofrece guía y protección a las personas en movilidad. En ella, seguimos el camino que Bolay nos marca entre la maleza, para encontrarnos con nuestros muertos y su altar con luz, flores, incienso, agua, calaveras, pan, colores y papel picado, así como elementos representativos de distintas culturas. Las personas refugiadas huyen de sus países porque su vida corre peligro a causa de la violencia, inseguridad, persecución o conflictos. En México, les recibimos con los brazos abiertos y nuestra cultura se enriquece con su presencia. Este trabajo es el resultado de un trabajo colaborativo de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), ateconqueso, y un grupo de personas refugiadas que han encontrado en México su nueva casa.
Me lleno de recuerdos que otros me cuentan
En 1937 Trotsky encontró refugio en México, situación que le permitió un nutrido intercambio de ideas con artistas e intelectuales como José Clemente Orozco, Diego Rivera, André Bretón, Kahlo, etc. La estancia del político ruso en nuestro país es un ejemplo de la riqueza cultural y política que puede surgir cuando se abren espacios a las diferentes ideologías y a la nutrida creatividad. “La pluma” (apodo de León) y su relación con Frida es un ejemplo de cómo la política y el arte sobreviven a pesar de los desencuentros amorosos. Por estas y otras tantas razones, la ofrenda dedicada a León Trotsky se centra en su espíritu revolucionario y en su exilio sentimental con Frida.
Remedios Varo: El laboratorio donde florece el alma
En esta ofrenda, la Escuela Nacional Preparatoria Plantel No. 2 “Erasmo Castellanos Quinto” rinde homenaje a la pintora surrealista María de los Remedios Alicia Rodriga Varo y Uranga, cuya obra convirtió la imaginación en un puente entre la ciencia y la magia. Nuestro altar recrea su universo: un taller de sueños donde lo natural y lo artificial conviven, y donde cada elemento simboliza la posibilidad de florecer en cualquier lugar del universo. Remedios Varo nos inspira a creer que todo ser humano lleva dentro una chispa creadora, capaz de transformar su entorno a través del arte, la inteligencia, los valores y la sensibilidad. Sin importar el idioma, la raza o la nacionalidad, lo que nos une es la humanidad que dejamos al mundo. La ofrenda está construida con materiales de origen natural y reciclado —flores, madera, bambú, mimbre, hoja de maíz, aserrín, cerámica, vidrio y plástico reutilizado— integrados en una atmósfera surrealista que evoca las máquinas místicas y los seres luminosos de sus cuadros. Cada flor representa una idea que germina, cada engranaje una mente que piensa, y cada reflejo de luz, la huella que dejamos al pasar. Porque, como Remedios Varo, creemos que la verdadera creación ocurre cuando el alma y la razón se encuentran… y florecen juntas.
Cocodrilo Cósmico
La ofrenda que presenta este año la Escuela Nacional Preparatoria 3 “Justo Sierra”, Huellas de Nuestra Historia: migraciones, exilio y desplazamientos, se inspira en la escultura de bronce How Doth the Little Crocodile (Cómo hace el pequeño cocodrilo) de la artista mexicana de origen británico Mary Leonora Carrington Moorhead, conocida como Leonora Carrington, a quien está dedicado y que, a su vez, toma inspiración del poema del mismo nombre escrito por Lewis Carrol que aparece en la novela fantástica Alicia en el País de las Maravillas. La escultura, ubicada en el Paseo de la Reforma de la Ciudad de México, representa una barca en forma de cocodrilo tripulada por cinco cocodrilos más pequeños de distintos tamaños y otro más en la proa que impulsa la nave con un remo. Una reproducción a escala de esta escultura elaborada con cartón, se colocará en la cúspide de la base piramidal que constituye el módulo de montaje de las ofrendas de los nueve planteles de la Escuela Nacional Preparatoria, sin embargo, el cocodrilo remero se sustituye por la figura de Leonora Carrington, ataviada con el vestuario de uno de los personajes de su pintura Semaine (Semana), de 1956. Dos de los costados de la base mencionada se decoran con retratos de la artista en su juventud y madurez, así como referencias algunas de sus pinturas que muestran parte del universo surrealista presente en su trabajo, los dos lados restantes se adornan con flores de cempasúchil y pata de león. La reproducción escultórica está hecha con cartón corrugado y varias capas de papel kraft, con una pátina que simula bronce, realizada con pintura acrílica y protegida con barniz base agua. de igual forma, para los retratos y citas de algunas de sus piezas pictóricas se emplea la técnica acrílica con diferentes colores.
Luz, cámara y conciencia: el arte de Tina Modotti
Es una ofrenda dedica a la fotógrafa italiana Tina Modotti quién retrató la vida cotidiana, el trabajo y la dignidad de las personas con una mirada profunda y humana. La ofrenda reúne elementos que evocan su pasión por el arte, la fotografía y su compromiso social, recordando su legado como una artista que transformó la cámara en una herramienta de conciencia y expresión cultural. La ofrenda está adornada con fotografías en blanco y negro, flores de cempasúchil, veladoras y elementos que representan su arte y compromiso, como una cámara fotográfica y cartas sobre justicia, amor y libertad. Cada objeto evoca su mirada sensible y su compromiso con las causas sociales, recordando que su obra trascendió el tiempo para convertirse en un símbolo de arte, rebeldía y humanidad. Con esta ofrenda, rendimos tributo a una mujer que transformó la fotografía en una forma de resistencia y belleza, y cuyo legado sigue iluminando la historia del arte y la cultura mexicana.
Luis Buñuel
El Plantel 5 “José Vasconcelos” de la Escuela Nacional Preparatoria participa en esta edición de MEGAOFRENDA UNAM con un altar dedicado al director nacionalizado mexicano Luis Buñuel. Luis Buñuel es considerado uno de los más importantes exponentes del cine en todo el mundo y uno de los más influyentes del cine en México. Nació el 22 de febrero de 1900 y falleció el 29 de julio de 1989. Entre sus obras más destacadas, se encuentran: Viridiana, Los olvidados y El ángel exterminador. Películas que representan desde diferentes enfoques y con un estilo surrealista una crítica contundente a la vida burguesa y a las desigualdades sociales Esta ofrenda, consiste en dos estructuras triangulares y escalonadas, donde resaltan esculturas elaboradas con papel maché que representan símbolos de las películas más aclamadas de Buñuel: Ovejas, ojos y pilares que acompañan a los flyers de las sus obras cinematográficas. También se puede apreciar, que en los escalones que conforman la ofrenda se encuentran platillos tradicionales hechos con materiales reciclados, velas de plástico, calaveras de cerámica pintada y papel picado, símbolos tradicionales de los altares en esta época de Día de muertos. En la parte superior, descansa el retrato de Luis Buñuel, acompañado de la bandera republicana española, símbolo de su resistencia a la dictadura franquista y de su carácter de refugiado político en México.
Almas que encontraron un hogar: Homenaje a Ramón Xirau
La ofrenda de nuestro plantel representa la migración como símbolo de resiliencia. Ramón Xirau fue un filósofo y poeta catalán exiliado en México en 1939. A lo largo de su estancia en nuestro país formó generaciones de estudiantes en la UNAM y cultivó una vasta obra filosófica y literaria. Su pensamiento unió la filosofía española con la tradición mexicana, fortaleciendo el vínculo intelectual entre ambos mundos. La ofrenda que rinde homenaje a este filósofo está colocada sobre una estructura piramidal, de 5 niveles en el nivel más alto se encuentra un retablo a dos caras con el retrato del filósofo pintado al óleo sobre lienzo. Además, se pueden observar otros elementos: 1. Símbolos del exilio: ○ Una maleta antigua que representa el viaje forzado. ○ Rieles como metáfora del desplazamiento. ○ Mapas que nos marcan el recorrido Barcelona → Veracruz → Ciudad de México. 2. Arte visual: ○ Veladoras decoradas en varios estilos de artesanías mexicanas. ○ Mariposas de papel, símbolo de la migración, el tránsito y la libertad. ○ Milagritos de latón repujado ○ Flores endémicas del país. ○ Libros viejos ○ Pinturas e imágenes de personas migrantes sobre el tren la bestia. ○ Exvotos como representación de la mezcla religiosa méxico-española al acrílico. ○ Decoración de los escalones con figuras de aserrín. ○ Cráneos decorados con distintos estilos de pintura. 3. Frase destacada que refleja el pensamiento del autor: ○ “En el exilio aprendí que el arraigo verdadero está en la palabra”.
José Gaos y González Pola
José Gaos y González Pola (1900–1969) fue un filósofo español exiliado en México cuya obra marcó profundamente el pensamiento filosófico latinoamericano. Discípulo de Ortega y Gasset, desarrolló una filosofía centrada en la experiencia personal y el sentido existencial del pensar. Su enfoque fenomenológico, influido por Husserl y Heidegger, lo llevó a reflexionar sobre la vocación filosófica y el sujeto humano. En México, fundó y enseñó en El Colegio de México, influyendo en pensadores como Leopoldo Zea y Luis Villoro. Sus obras, como De la filosofía y Filosofía mexicana de nuestros días, consolidaron su legado en la filosofía contemporánea hispanoamericana.
Adolfo Sánchez Vázquez
El plantel 8 "Miguel E. Schulz" de la ENP dedica su ofrenda al filósofo español Adolfo Sánchez Vázquez, quien llegó a México en 1939. La ofrenda está sobre una pirámide de madera de cinco escalones, pintada de negro, incluye elementos típicos del Día de Muertos: veladoras, pan de muerto elaborado con papel maché, flores de cempasúchil y papel picado. También hay objetos que representan a Sánchez Vázquez, como libros, lápices y anteojos, mientras que los engranajes simbolizan su pensamiento filosófico. En la cúspide se encuentra el retrato del filósofo. Se usaron materiales como pinturas vinílicas, unicel y fomi.
Ofrenda de la Solidaridad Humana: Gilberto Bosques
Esta MegaOfrenda, presentada por la Escuela Nacional
Preparatoria Plantel 9 "Pedro de Alba", es un homenaje al
diplomático mexicano Gilberto Bosques Saldívar. Desde su
puesto de cónsul en Francia, durante la Segunda Guerra
Mundial, Bosques se erigió como un faro de esperanza,
otorgando cerca de cuarenta mil visas y refugio para salvar a
miles de perseguidos del nazismo y el fascismo, incluidos judíos
y republicanos españoles. Su labor es un sobresaliente ejemplo
de diplomacia humanitaria y consolidó la tradición mexicana de
ofrecer asilo político a quien lo necesita. La ofrenda se
estructura en tres niveles:
Nivel Superior (Cielo): La fotografía de Bosques, flanqueada por
las banderas de México y Francia y un arco de flores de
cempasúchil, simbolizando su guía espiritual y el puente entre
ambas naciones.
Nivel Intermedio (Mundo Terrenal): El mundo de su trabajo,
representado por una máquina de escribir, documentos y
pasaportes, junto con mapas de Europa, que evocan los
peligros de la guerra y la ruta de escape que facilitó.
Nivel Inferior (Alimentos y Tradición): Elementos clave de la
tradición mexicana como el pan de muerto y las calaveras de
azúcar, junto a una taza de bebida y un tazón de alimento, así
como un libro abierto. Al frente, su poderosa frase: "México no
da asilo por razones de conveniencia política, sino por
solidaridad humana".
Materiales empleados (los más importantes): Madera, cartón, papel crepé, flor de cempasúchil,
luces de pilas, banderas de México y Francia, una
máquina de escribir, documentos con mapas y
papel picado.
La ofrenda de la Escuela Nacional Preparatoria
La ofrenda de la Escuela Nacional Preparatoria, presentada en la Megaofrenda UNAM 2025 “Huellas de nuestra historia. Migraciones, exilios, refugio y desplazamiento”, es un esfuerzo colectivo que nace del trabajo y la creatividad de nuestra comunidad. Bajo la coordinación de la Dirección General de la ENP a través de su Secretaría de Difusión Cultural, este proyecto reúne la voz y la imaginación de estudiantes, profesoras y profesores de los nueve planteles que integran nuestra comunidad. Este año, la ofrenda está compuesta por nueve módulos, uno por cada plantel, formando juntos un espacio semicircular que simboliza unión, diversidad y pertenencia. Cada módulo rinde homenaje a personajes que migraron, que vivieron el exilio o que apoyaron a quienes lo enfrentaron en México. Son figuras que, desde distintos lugares del mundo, encontraron aquí un refugio, y con su presencia enriquecieron la vida cultural, científica y artística de nuestro país. Entre los elementos que conforman la ofrenda destacan las estructuras piramidales, los retratos de estos personajes y los símbolos tradicionales del Día de Muertos: el papel picado, el pan de muerto, la sal, el agua, las flores de cempasúchil y los alimentos que evocan la hospitalidad y el afecto. Todo ha sido elaborado con materiales reciclados, como una forma de cuidar el entorno y de recordar que las tradiciones también pueden transformarse con responsabilidad y conciencia. El recorrido por esta ofrenda invita a detenernos, a mirar con atención y a pensar en los caminos que cruzan las fronteras. Nos recuerda que la migración y el exilio no solo implican pérdida, sino también encuentro, intercambio y esperanza. En cada color, en cada aroma y en cada objeto hay una historia que se entrelaza con la nuestra. La Escuela Nacional Preparatoria ofrece este altar como un homenaje a la memoria de quienes llegaron a México con sueños y saberes, y a quienes abrieron los brazos para recibirlos. Es un reconocimiento a la fuerza del espíritu humano y a la riqueza que surge del diálogo entre culturas. Así, en esta Megaofrenda, la ENP celebra la vida, la memoria y el aprendizaje compartido. Porque recordar es también construir el presente con gratitud, con respeto y con la alegría que nos une como comunidad universitaria.